El paso del Pueblo de Israel por el
desierto fue duro, pero Dios nunca les abandonó. Los alimentó, de ahí el Maná.
Dios hizo una Alianza de Amistad con su
pueblo por medio de Moisés. En el Monte Sinaí, Dios le dio los Diez
Mandamientos en dos tablas de piedra.
Construyeron el Arca de la Alianza y en
ella pusieron los 10 Mandamientos, así Dios estaba con ellos.
Muchas veces a lo largo del camino, el
Pueblo se alejaba de Dios, pero éste siempre estaba ahí y los guió.
Poco tiempo antes de llegar a la Tierra
Prometida, Moisés enfermó y eligió a Josué como su sucesor. Moisés muere y
Josué entra en la Tierra de Canaán y reparte las tierras entre las 12 tribus
que formaban Israel.
Vuelven a alejarse y a comportarse mal.
Entonces surgen los Jueces que eran justos, valientes y les ayudan a ir por el
buen camino.